La autenticidad es clave en las relaciones humanas y aún más en las relaciones entre adultos y niños.
Primero, porque ellos aprenden por imitación.
Y segundo, porque ellos perciben a los demás de forma directa e intuitiva, ya que no han aprendido aún a comunicarse desde la desconfianza y el disimulo.
Si decimos una cosa y actuamos o sentimos de forma opuesta, el niño descubrirá la esencia de la hipocrecía y aprenderá a desconfiar del mundo que le rodea.
El respeto a las emociones de niños y adultos debe estar implícito en nuestras relaciones
Primero, porque ellos aprenden por imitación.
Y segundo, porque ellos perciben a los demás de forma directa e intuitiva, ya que no han aprendido aún a comunicarse desde la desconfianza y el disimulo.
Si decimos una cosa y actuamos o sentimos de forma opuesta, el niño descubrirá la esencia de la hipocrecía y aprenderá a desconfiar del mundo que le rodea.
El respeto a las emociones de niños y adultos debe estar implícito en nuestras relaciones
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